La Cosmética Natural comprende un segmento del mercado que no para de crecer. Cada vez son más las personas que toman conciencia de que los productos de belleza e higiene convencional e industrializada, como perfumes, champús, cremas, bronceadores o tintes para el cabello, pueden ser de riesgo tanto para la salud personal como para el medio ambiente.
En cambio, los productos 100% naturales de origen vegetal colaboran con el medio ambiente, no solo no lo contaminan, sino que aportan nutrientes al agua y al suelo. Además, evitan la carga toxica de los químicos sintéticos, como conservantes, colorantes, estabilizantes. Finalmente y como “muy importante”: evitamos los petrolatos que cotidianamente untan nuestro cuerpo con todos los productos de higiene y cosmética convencional. El plus es que muchas formulaciones naturales que están bien desarrolladas, el cuerpo y la piel las asimila mucho mejor.
¿Las grandes marcas industrializadas se suman a esta movida por lo natural?
Un grupo cada vez más numeroso de personas, son conscientes de cómo las empresas juegan con una publicidad engañosa para captar a los consumidores, ofreciendo una publicidad “verde”, sobre productos que no lo son de ninguna manera ya que la mayor parte de las veces solo agregan un 0,03% de alguna esencia o extracto vegetal para poder ponerlo en la etiqueta, pero el 99,97% restantes del productos son petrolatos, aceites minerales que tapan los poros de la piel y están llenos de productos químicos derivados del amoniaco, el cloro o el formol, muy cuestionados hoy en día, además de sustancias de origen animal.
Todo esto sucede en un mercado en el que la demanda de estos productos supera la oferta, la mayoría de las veces por la falta de opciones y un marketing engañoso nos lleva a consumir los mismos productos que sabemos que no queremos consumir.
¿El problema de “donde los consigo?”
En Dietéticas y Almacenes Naturales están últimamente incluyendo cada día más y más productos de cosmética “natural”, por la demanda de la gente, pero muchos no tienen espacio para ofrecerla. Poco a poco comienzan a entender que es parte primordial de una vida saludable, pero a la vez, en muchos casos, comerciantes y dueños de estos locales no están al tanto de TODO el proceso de producción y materias primas y por lo tanto se vuelve difícil discernir entre un marketing engañoso y un producto saludable y así aconsejar bien a sus clientes.
En Farmacias la competencia es mayor y un tanto más desigual, muchas marcas enuncian lo natural pero solo en lo “Marketinero”, pero como son laboratorios importantes y tradicionales, muy respetados entre los farmacéuticos y a su vez cuentan con una logística sin competencia, tienen su lugar asegurado en las farmacias.
En supermercados no se encuentra cosmética natural como en otros países del mundo, pero está mucho más presente el marketing engañoso.
Hoy los productos de belleza cosmética están cada vez más presentes en los hogares. También ocupan sus lugares en peluquerías, spas, salones de belleza, gimnasios, centros de yoga, centros de masajes, etc. Y no abarca sólo al público femenino, sino que se extiende a todos los miembros de la familia.
Al mismo tiempo, los productos también han entrado a formar parte de la oferta de casas naturistas conscientes, restaurantes, hoteles, tiendas Bio, espacios institucionales, etc. Este crecimiento es un camino sin retorno y no sólo en las grandes ciudades, sino también en pequeñas localidades.
¿Esta tendencia es de la región o es a nivel mundial?
Los productos cosméticos naturales y vegetales en general, se encuentran en una situación de crecimiento sostenido en casi todo el mundo. En la región llego en la última década con más fuerza.
Lo Bio, Orgánico, Natural, en Argentina, está en auge y cada vez son más los consumidores que están informados, saben que existen diferencias notorias entre lo Bio o Natural y lo convencional. El consumidor consiente se quiere cuidar y un camino de partida es saber qué comemos y qué nos ponemos en la piel.
Diferenciar un Producto Natural y no salir engañados
Recomiendo llevar una lupa encima o una app de lupa en el celular para ver la letra chica de todas las etiquetas y saber si no estamos siendo víctimas de un engaño. Otro punto es chequear de buenas fuentes los nombres de insumos que desconocemos. Hay algunos nombres que van en inglés, puede ser en francés y otros en latín según el origen del nombre científico. Pero si ves siglas y números desconfía.
Sobre esto nos enseñaron mucho los celiacos que tuvieron que padecer todas las contras de un sistema industrial caduco y adverso a la salud. Pero hoy en día hay muchos problemas de salud que afectan la piel y crean intolerancias, hipersensibilidad y alergias. Esta gente necesita cuidarse y no puede usar productos químicos irritantes, y sin embargo, es lo que recomiendan la mayor parte de los médicos por desconocimiento, es normal, son médicos no cosmiatras.
Hay que cuidarse también de los advenedizos y los que pretenden lucrar con esta necesidad. Esto pone de manifiesto cuales son las marcas a las que les interesa la calidad de sus productos y el cuidado de sus consumidores y cuales tienen intereses solo en sus ganancias bajando los costos de materias primas…aunque se disfracen de naturales a través del marketing y publicidad. Me pregunto: ¿No hay regulaciones que nos protejan ante este marketing engañoso?
Se recomienda leer la letra chica de todos los productos que consumimos, ya que no siempre es verde lo que parece. Los límites están marcados por las materias primas que se consiguen en nuestro país y por las regulaciones de Salud Publica en cosmética a nivel nacional de lo que se permite usar y lo que no, en el desarrollo e inscripción de productos cosméticos.
Las regulaciones nacionales en cosmética e higiene y el difícil y casi imposible acceso a las materias primas verdes, nos limitan en poder desarrollar formulas 100% naturales y vegetales en todos los productos que necesitamos para nuestra vida diaria en Argentina.
Pero se está avanzando mucho, sucede que es un mercado nuevo que creció de golpe. ¿Y los productos “Artesanales”? Estos productos deberían estar registrados también y cumplir con normas de seguridad e higiene. Yo NO puedo preparar un cosmético en la cocina de mi casa. Es decir, sí lo puedo hacer y de hecho yo lo hago, pero para uso personal, no para vender al público. Quien me garantiza a mí que ese producto realmente no está contaminado con cualquier cosa, (pelo de un gato, gluten o lo que sea), a lo que puedo llegar a ser alérgico. Y si sucede ¿A quién le reclamo?
Tomar conciencia es la única manera de lograrlo, sabemos que es posible, pero tenemos que hacerlo entre todos, sin la demanda no hay oferta. Todos somos responsables.
Ignacio Conde Nota Publicada en la Revista Convivir en Agosto de 2017
https://www.convivirpress.com/la-tendencia-hacia-los-productos-naturales-y-vegetales/
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