Muy a menudo escuchamos: “El sistema está enfermo”, “la sociedad es enferma”, “el hombre está enfermo”, “la tierra está enferma”, y ya son frases habituales para nosotros hoy en día. Y estas otras: “Cada vez hay más pestes”, “todo el tiempo surgen nuevas enfermedades, nuevos virus y nuevas bacterias”. Claro, son frases hechas, sí, pero cada vez más recurrentes.
Con la aparición de las nuevas medicinas, tales como la Cuántica, Biomédica, Decodificadora, Celular etc. el espectro de elecciones se amplía multiplicando cada vez más las posibilidades de nuevas curas pero sin que podamos saber aún con seguridad dónde nos estamos metiendo. Por otro lado, no muy lejano, nuevas panaceas se ofrecen cada día en los mercados, muchas sin regulaciones de ningún tipo y otras con muy poca profundidad investigativa ni conciencia de lo que se vende. Como ejemplo podemos recurrir al caso de las dietas y los productos dietarios, o al sinfín de productos nutricionales de dudosa procedencia. Productos Orgánicos sin certificado que lo pruebe y muchos productos que ni siquiera tienen un establecimiento elaborador que figure en alguna parte del producto o etiqueta.
Muchas contradicciones no resueltas aparecen constantemente en dietas y tratamientos que se ofrecen a viva voz en la TV, en las farmacias, supermercados y dietéticas en este gran circuito comercial donde la salud se ve implicada. Durante mucho tiempo se promocionaron dietas vegetarianas, sin alertar de que estas dietas deberían ser estrictamente orgánicas, ya que una dieta basada en vegetales cultivados de modo industrial está llenos de pesticidas, bactericidas, fungicidas, herbicidas y muchos químicos más. Generando más daño que la salud que prometen. Otro ejemplo es una dieta basada en pollo y pescado por ser carnes magras, puede ser buena para la salud, pero si el pollo está lleno de hormonas, antibióticos, y unos cuantos agregados sintéticos más y alimentados a base de comida chatarra transgénica con antibióticos, deja de ser tan buena para la salud.
Lejos de resolver estas contradicciones el mercado se atomiza cada vez más ofreciendo un sinfín de posibilidades de dudosas consecuencias. Muchos productos podrían ayudar a la salud si se acompañaran de los estudios pertinentes para saber cuando y como suministrarlos, pero muchas veces los consumimos creyendo que estamos beneficiando al cuerpo, posiblemente en vez de nutrir al cuerpo, estamos nutriendo a millones de parásitos y hongos que han colonizado nuestro cuerpo.
Ante este estado de cosas, cuesta un poco encontrarle el lado positivo a la búsqueda de la salud, infructuosa en la medicina oficial, principalmente por su inhumanidad, pero más por estar al servicio del dinero que de la salud, sobre todo en la medicina privada y en sus organismos internacionales. Pero también infructuosa en el camino alternativo, porque es un mapa muy difícil de recorrer. Como dijo alguna vez un sabio, “No hay terapias sino terapeutas”. Esto es válido para todo tipo de terapias, ya que la mejor terapia en manos de un mal o mediocre terapeuta, difícilmente de buenos resultados. Son muy pocos los que conocen los pocos caminos verdaderos que hay en la salud
Pero existe ese lado positivo, es muy sutil, pero está en las palabras de un Chaman, “La medicina es amor y como tal, nace allí mismo donde hay amor. El amor, cura, protege, contiene y nutre y es todo lo que se hace falta. Y el amor está en donde hay familia, ya sea parental o de la vida, pero la familia es el escudo ante la comunidad, que protege el fuego en el hogar y este fuego no es otro que el amor y el camino del corazón.”.
Esto es una gran verdad, ya que solo si hay amor en el grupo de contención del enfermo es posible hallar un camino hacia la salud o por lo menos a la mejora y a la aceptación de la condición que se padece. Solo el amor nos da esa fuerza para no bajar los brazos y buscar hacer posible lo imposible. Investigar y encontrar nuevas alternativas, nuevas posibilidades abriendo caminos nuevos y transitando quizás por donde nadie transito aún para dejar un legado a los que vendrán después.
Amor, respeto, solidaridad y coraje es lo que se necesita para hacer el esfuerzo por otro, sea un hijo, un pariente o un amigo y encontrar la verdad en un campo que, no debería serlo, pero se ha transformado en un gran mercado.
Hoy más que nunca la familia debe ser la primera medicina.
Ignacio Conde
Nota Publicada en la Revista Convivir en Abril de 2015
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