Como si nada pasara, trabajadores y Pymes día a día levantan persianas y comienzan la jornada esperando… ¿una ayuda? ¿Un milagro? Lo cierto es que el consumo ha caído vertiginosamente, las tasas de interés se han disparado en dirección opuesta y el dólar inalcanzable a cualquier especulación, mina toda posibilidad de cálculos en costos y logísticas.
Esto tendrá consecuencias directas a corto plazo en el empleo y en el cierre de muchas Pymes, algo que ya viene ocurriendo aceleradamente desde fines del 2016, pero el panorama lejos de mejorar ha deteriorado al sector y hoy se habla de un colapso generalizado en el sector Pymes.
Muy probablemente esto ocurrirá de diferentes modos en las diferentes actividades y sectores de injerencia de las Pymes, pero lo que es claro a estas alturas es que estamos más cerca del milagro personal que de la ayuda de los bancos o el estado en la apertura de créditos blandos o reducción de impuestos y cargas sociales.
Dentro del milagro personal podríamos considerar que siempre ha pasado que, en plenas crisis económicas, surgen buenos negocios u oportunidades que nos hacen resurgir como el ave fénix, pero teniendo en cuenta que esto sucede aisladamente y quizás a uno en mil, podríamos asociarlo más al milagro personal que a la oportunidad que puede darse para todos por igual.
Pero claro que hablamos de milagro visto desde fuera, porque desde dentro el esfuerzo, la estrategia, la creatividad puesta para que suceda, termina convenciéndonos de que el milagro lo provocamos, no llega caído del cielo mientras miramos el mundial confortablemente adormecidos.
Esta vez la crisis llego tan rápida y profunda que todavía hay muchos que no se percataron y piensan que es solo una ola que pasa y nos repondremos prontamente, pero si miramos un poco más profundo nos damos cuenta que es una herida muy grave y que costara mucho cicatrizar. Por lo que, lo más importante ahora es poner todo el esfuerzo, las estrategias y la creatividad en el milagro personal.
Es el momento de mirar las cosas desde una perspectiva diferente y tener en cuenta que lo que hasta ahora venía funcionando, muy probablemente ya no funcione más y debemos ser creativos para reinventarnos como empresa y poder brindar al sector de nuestra actividad un producto o un servicio diferenciado.
Es el momento de reinventarnos para dar un paso más en esto de ser emprendedores en un país que mira para otro lado.
Ignacio Conde Nota Publicada en la Revista Convivir en Julio de 2018
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