El hombre nuevo y el mercado
Las últimas décadas marcadas a fuego por la revolución femenina han dejado al rol del hombre en las sombras. Por un lado, la condena del machismo y el patriarcado rompen el arquetipo cultural del hombre viejo, por el otro, la esperanza de una nueva era y una nueva humanidad le dan al hombre un arquetipo nuevo de masculinidad entre lo utópico de una feminidad alcanzada y equilibrada y un nuevo rol como compañero incondicional de la mujer rompiendo toda relación jerárquica entre ellos.
Este nuevo hombre es aún insipiente y el viejo lucha desesperadamente por sobrevivir con todas sus artimañas. Lejos de querer profundizar en estos matices filosóficos, lo cierto es que el hombre, el rol masculino de la especie humana, está cambiando muy rápidamente, transformándose. Cambios de carácter y comportamiento lo llevan a una nueva postura en la sociedad y esto conlleva a cambios de hábitos, costumbres, gustos, placeres, modas, etc.
Hoy está bien visto que el hombre ocupe roles que antes eran estricta y exclusivamente de la mujer y se los caracterizaba de tareas femeninas, como las tareas, domesticas, culinarias, o de costura, incluso el cuidado de los niños. El hombre incorporo muchos hábitos, costumbres y oficios femeninos, incluso en la vestimenta, como las calzas o los jeens ajustados, los suecos o teñirse el pelo. Esto llevó a la industria a desarrollar productos exclusivos para hombres, donde antes era un nicho exclusivo de mujeres.
El hombre de hoy demanda atenciones y cuidados personales diferentes y muchas veces se trata más de atenuar la masculinidad que de resaltarla, lo que demuestra a las claras la necesidad de adaptarse al cambio de paradigma y ser aceptado por el arquetipo femenino que le asestó un duro golpe a su machismo.
El arquetipo femenino paso por un proceso parecido incorporando las formas masculinas para poder imponerse en la defensa de su género y la industria y el mercado lo explotó masivamente. De esto deviene el estilo unisex y la moda que comienza a marcar un estilo cada vez más andrógino, donde la masculinidad y la feminidad se fusionan en una pluralidad de géneros, donde los productos y el mercado lucha por satisfacer a través de nuevas y marcadas tendencias.
Estos productos dirigidos a los hombres llegan a un nivel de excelencia y en su mayoría son considerados Premium, en muchos casos más que muchos productos femeninos y esto es porque el mercado sabe que el público femenino es cautivo y el del hombre es un mercado a capturar. Más allá de lo que hay de mitos y verdades en esta cuestión de nuevos hábitos en la población masculina, lo cierto es que las empresas de indumentaria y cosmética para hombres son los que juegan en primera línea.
En cosmética principalmente es donde más se marca la diferencia por el desarrollo de sus formulaciones y la presentación y estética de marca y producto. Un packaging diferenciado siempre y ¿formulaciones diferentes? En muchos casos si y en otros no. Aquí existen opiniones encontradas.
La piel es piel, fisiológicamente es la misma. La diferencia no es una cuestión de sexo sino de tipo de piel: normal, mixta y grasa opinan algunos y otros sostienen que las características de la piel del hombre son diferentes a las de la mujer, fundamentalmente la diferencia radica en que la de ellos es más gruesa, debido a los mayores niveles de testosterona y con una mayor tendencia a la grasitud, como consecuencia de la intensidad en la actividad de las glándulas sebáceas. Somos distintos, sí, pero no en la esencia dirán otros.
Hay cosméticos que están creados de forma específica para hombres y otros para mujeres siempre y cuando vayan dirigidos a tratar problemas específicos como por ejemplo la cadencia de hormonas en una menopausia o el exceso de sebo en las pieles masculinas por culpa de un aumento de la testosterona. Pero en rasgos generales si lo que vamos buscando es hidratar y proteger la piel la cosmética siempre suele ser unisex.
La piel de un hombre y una mujer se diferencian en la tendencia de la piel masculina a producir grasa después de la pubertad, lo cual puede aumentar las probabilidades de sufrir acné durante más tiempo. Además, los hombres tienen una mayor densidad de colágeno, lo que les ayuda a permanecer más jóvenes durante más tiempo. Salvo estos detalles hay más mitos que verdades en estas diferencias y esto favorece al marketing para segmentar el mercado y a los consumidores para diferenciarse al compartir el botiquín junto a la pareja o la familia.
Existen cada vez más opciones entre los productos, ya no hay excusas para no empezar a cuidarse como hombre, con todos los cuidados que las exigencias de los tiempos actuales nos demandan. La buena imagen cuidada es hoy en día para el hombre tan importante como lo es para la mujer, tanto en la competencia profesional y laboral, como en la vida social y recreativa.
Ignacio Conde Nota Publicada en la Revista Convivir en Junio de 2018
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