El no saber, generalmente, nos cubre de un manto de inocencia, cuando no se confunde con ignorancia. Nos deja de algún modo libres de culpas, cuando hay culpas, y libres de responsabilidades, cuando las hay. “No sabía” “No me había enterado” “No era consciente”. Diríamos que nos absuelve de algún modo, pero no nos deja libre de pecado, porque todo accionar genera consecuencias y deberemos vivir con ellas más allá de si nos sentimos inocentes, tontos, ignorantes o culpables. Se presume que uno debe vivir con la consecuencia de sus actos, de sus pensamientos y de sus dichos. Muchas veces asistimos a eventos o sucesos que no satisfacen nuestro pensar o nuestro sentir, pero que por obligaciones, responsabilidades o compromisos asumidos lo hacemos. Es en el mundo de los negocios, medios de comunicación, en las relaciones laborales o en eventos familiares, donde suelen darse este tipo de situaciones. Cuando sucede, nos vemos confrontados por una situación compleja, cargada de modismos sociales y diplomáticos. Pero nada puede romper, quebrar o aliviar ese malestar, mal sentir y mal pensar, en la mayoría de nosotros —a no ser que estemos muy alineados en nuestro propio eje y muy seguros de nosotros mismos— como para que por amor, piedad o complacencia lo podamos trascender y superar. Cuando se está cometiendo un acto de injusticia, ya no puedo usar los mismos parámetros; no hay tolerancia para la hipocresía y la inmoralidad. Es que esa misma cualidad de estar en nuestro propio eje y seguros de nosotros mismos no nos permite ser descuidados o asumir una actitud hipócrita a la vez. Nuestro deber moral nos llama a actuar en consecuencia y con enérgica dirección hacia la honestidad, la claridad, la solidaridad y la justicia para con el otro.
Esto aplica para cualquier ser vivo con el que se cometa una injusticia, incluyendo la Naturaleza misma. Esto es sin importar quién sea el hipócrita, ya sea una persona física o una persona jurídica; no deberíamos ser cómplices de hipocresía y corrupción, deberíamos señalar y denunciar toda injusticia. Ahora, cuando no hay claridad, ni orden, ni equilibrio, usamos la justicia como herramienta de coerción para conseguir o confirmar nuestros propios intereses u objetivos egoístas y caemos en la hipocresía e inmoralidad. Hoy sabemos, aunque no queramos escuchar o entender, que se están cometiendo atrocidades en todos los órdenes del sistema, y la mayoría de los que tienen responsabilidades hacen oídos sordos, tienen los ojos cerrados y el corazón ciego. Hoy se envenenan las aguas, el aire, la tierra y callamos, consumiendo chatarra que enferma y destruye el medio ambiente, los ecosistemas. Se envenena la economía a través de sicarios económicos, la información a través de sicarios de medios, la educación a través de sicarios dogmáticos y catedráticos. Somos víctimas por no saber de política real ni de partidismo, por no leer historia, por no informarnos bien o al menos haber googleado. Parecería que hoy los ciudadanos no quieren saber de qué se trata… No seamos tan hipócritas con nosotros mismos. Uno no puede dejar de ser víctima convirtiéndose en victimario.
Sabemos que la Matriz industrial y la Matriz energética del sistema son obsoletas, pero no demandamos los cambios necesarios hacia una matriz más sustentable y saludable. Sabemos que la educación y la justicia atrasan 200 años y no se hace nada al respecto, solo remiendos que terminan complicándolo todo. Necesitamos modelos más saludables. Sabemos que los medios de comunicación y la Ciencia se convirtieron en maquinarias de mentira y desinformación, sin embargo, les damos credibilidad El entendimiento silencioso credibilidad y los usamos como referentes, sabiendo que eso no es saludable. Sabemos que la economía en manos de sicarios diplomados se usa como herramienta de coerción y manipulación a gran escala, sin embargo, buscamos ser más dependientes en vez de liberarnos y demandar un modelo autosustentable, basado en la Abundancia y no en la escasez y la deuda. Ahora también sabemos que, si no cambiamos, no hay salida para la humanidad. ¿Entonces por dónde comenzamos el cambio? ¿Queremos ver de qué se trata? ¿Nos hacemos responsables del cambio que necesitamos? Tomar conciencia y clarificar los valores es esencial al tomar decisiones, ya que las decisiones futuras están atadas a las decisiones que tomemos hoy y de eso dependerá si estaremos o no en el futuro. Cuidar el agua no significa cerrar bien el grifo mientras me cepillo los dientes, sino que no se la apropien los monopolios y que no la contaminen las grandes corporaciones industriales. ¿Entonces dónde vamos a poner el foco? Mientras llega el tsunami no podemos discutir cuál será el color del agua que trae.Somos responsables por lo que hacemos y por lo que permitimos que se haga con lo nuestro. La tierra y los recursos son nuestros, de toda la humanidad.
Cuando la conciencia se hace presente, ilumina nuestras experiencias; cuando esto sucede, tenemos perspectiva y dejamos de ser cómplices, por ignorancia, por desconocimiento, por sentirnos inocentes, y vamos aclarando las cosas, porque todo tiene un límite y lo sabemos, aunque nos dejemos arrastrar por la corriente. Nadie va a limpiar mi cuerpo, nadie va a limpiar mi jardín y nadie va a limpiar los ríos y los mares si yo no me ocupo y participo, y lo reclamo, y lo demando; y además aprendo cómo hacerlo, porque para la vida es sencillo: al que quiere lo lleva y al que no lo arrastra. A partir de hoy no podemos ser cómplices de esta hipocresía colectiva que nos lleva a un mundo peor.
Elijamos cambiar, no podemos ser cómplices ni víctimas de este arrebato colectivo. Las cosas siempre son claras cuando se las piensa con el corazón y se las siente con la razón. Cuando nuestra posición es clara, no hay contradicción. Nuestras elecciones hacen a nuestro camino. Seamos saludables, con nosotros mismos, con nuestro entorno y, sobre todo, con los demás. No se puede ser saludable sin respeto por la vida, por la naturaleza y por el otro, como ser vivo.
Escrito por Ignacio Conde, cofundador de Boti-K Puro. Publicado en Convivir Press en el mes de Septiembre del año 2024.
En Boti-K Puro, creemos que una marca tiene el poder de ser un agente de cambio positivo en la sociedad. Nuestro compromiso va más allá de ofrecer cosmética natural, se extiende a una responsabilidad social, que guía cada una de nuestras decisiones y acciones, especialmente en nuestra campaña solidaria, que forma parte integral de nuestra identidad como empresa. más que nunca permitite una caricia Pura.
Desde hace más de 9 años, hemos unido nuestro propósito a una causa noble: apoyar a la Asociación de Profesionales del Hospital General de Niños Pedro Elizalde. Cada mes, con la venta de nuestra Línea Jojoba Hipoalergénica, donamos un porcentaje para mejorar la vida de miles de niños en todo el país. Esta línea, dermatológicamente testeada y libre de gluten, caseína y crueldad animal, está diseñada para el cuidado de las pieles delicadas, ofreciendo un cuidado natural y saludable.
Este mes de la niñez, queremos reflexionar sobre el impacto de estas acciones. Al elegir nuestros productos, no solo están cuidando su piel con ingredientes puros y naturales, sino también apoyando la atención integral de los pacientes pediátricos y sus familias en el Hospital Pedro Elizalde. Tu apoyo es fundamental para seguir brindando esta atención.
En Boti-K Puro, creemos que nuestra responsabilidad social es una extensión de nuestro compromiso. Nuestras campaña solidaria son una expresión de nuestra identidad y valores como marca.
Gracias por ser parte de este proyecto que nació del amor y que continúa, con cada uno de ustedes, impactando positivamente en la vida de los demás. Juntos, podemos seguir construyendo un futuro más saludable y consciente.
Ayúdanos a ayudar
Somos Boti-K Puro.
Somos más que una empresa.
Somos un proyecto que nació del amor para impactar positivamente en las personas.
La hora de la reflexión y el entendimiento, junto con la necesidad de un cambio saludable, se ha instalado en muchos hogares de familias argentinas y del mundo. Ya no es el consumidor aislado, el individuo soltero o la pareja que consume en solitario, según una ideología o filosofía “personal” de vida. El nuevo consumidor busca mejorar su entorno. Las razones son variadas: salud, conciencia, cuidado.
Busca productos saludables, naturales, sustentables y ecológicos. Términos y conceptos como biodegradable, reciclable, compostable, bioplástico, papel Kraft, vidrio y envases de aluminio son cada vez más nombrados y sugeridos por los consumidores.
El consumidor consciente y responsable busca ávido, productos de extrema calidad y pureza; no contaminados, no tratados química o genéticamente, y no manipulados por un marketing engañoso y fraudulento. Responsabiliza al comercio, al distribuidor y al productor no solo por lo que consume, sino también por cómo se vende, cómo se expone y se presenta, cómo se produce y cómo se distribuye; tanto el packaging como su fórmula. Porque ingredientes, materias primas e insumos son parte de cómo modificamos y afectamos el entorno y el medio ambiente. Hoy, la trazabilidad de un producto es su huella ecológica.
Los consumidores saludables también se informan sobre las empresas que producen y distribuyen; se interesan por su grado de responsabilidad y de impacto ambiental, así como por su filosofía empresarial y política de negocios. Tratan de no consumir productos de empresas y corporaciones que solo buscan obtener grandes ganancias a bajo costo, disfrazando productos sintéticos convencionales como productos “ecológicos y naturales” o lavando la imagen de dichas empresas para que aparenten ser responsables (el llamado greenwashing).
Hoy, los consumidores responsables tienen la facilidad de utilizar el celular y aplicaciones para investigar de manera dinámica. En la misma góndola, pueden escanear un producto, una etiqueta o un ingrediente, y obtener información instantánea mientras realizan la compra o deciden no hacerlo, según los resultados obtenidos. Y esto no hace más que perfeccionarse. Con la inteligencia artificial (IA) podemos obtener hasta la biografía del responsable de producción o del chofer que transportó el producto. Esto no solo proporciona un nuevo marco para tomar decisiones de consumo, sino que también permite un aprendizaje consciente que se incorpora y se queda en el consumidor. Convirtiéndose este en un “consumidor con valor agregado”.
El consumidor también comienza a esclarecerse sobre los costos y los precios de los productos y brega por un precio justo. Sabe que los productos conscientes naturales, saludables, honestos, seguros y ecológicos suelen ser mucho más costosos que los de la industria convencional; en algunos casos, hasta triplicando su precio, ya que se producen a baja escala y la trazabilidad es costosa. Tanto las materias primas naturales y vegetales certificadas como los insumos biodegradables y reciclables tienen un valor mucho más alto en el mercado. Conociendo esto, no es posible permitir el abuso de los comercios con márgenes desproporcionados.
La diferencia en los costos es sustancial. La síntesis química permite reducir los costos de 10 a 1 respecto a un producto natural, y en algunos casos, esta diferencia puede ser aún mayor. Esto lleva a la especulación de las grandes multinacionales, que sostienen una producción masiva de productos convencionales con un alto porcentaje de derivados del petróleo y excipientes de la minería. Asimismo, es importante destacar la manipulación y explotación humana por parte de las grandes corporaciones, en forma directa o indirecta; ya sea a través de sus filiales en países del tercer mundo, o a través de la tercerización, o de sicarios económicos, o por la corrupción de voluntades gubernamentales para obtener leyes esclavistas y libres de impuestos.
Esto nos proporciona un panorama más claro y concreto de las demandas y exigencias emergentes por parte de nuestros consumidores y clientes, así como de la responsabilidad social de las empresas. Surge así la tendencia a preguntarse: ¿Quiénes están detrás de los productos que llevamos a nuestro hogar y compartimos con nuestros hijos y familia? ¿Los productos que consumo como veganos son producidos por una empresa de un holding que tiene un frigorífico? ¿Los envases biodegradables, reciclables o compostables son realmente ecológicos o su huella para producirlos es superior al impacto que generan? ¿Puedo creer que un producto es cruelty-free si el CEO de la compañía practica la caza como deporte?
Generalmente, tarde o temprano, las demandas y exigencias de los consumidores terminan satisfaciéndose, ya sea que las compañías productoras cambien sus políticas o sean reemplazadas por nuevas empresas que ven en esa demanda una oportunidad.
Escrito por Ignacio Conde, cofundador de Boti-K Puro. Publicado en Convivir Press en el mes de Agosto del año 2024.
Elegir. La verdadera elección, no es tal hasta que tomamos las riendas de nuestro destino. La mayoría de nuestras decisiones están amañadas desde un inicio, la genética, la herencia familiar y cultural, el condicio- namiento del entorno y la manipulación sistemática y controladora de la sociedad no son cosas que podemos obviar o trascender fácilmente. Generalmente es a la inversa y nos trasciende más allá de nuestros deseos y de nuestra tolerancia.
Podemos enfermar, sufrir de estrés y de ansiedad, perder todo lo que queremos, pero rara vez tomaremos las decisiones correctas, en el momento correcto y del modo correcto, a no ser que seamos verdaderos artífices de nuestro destino. Ya sea a través de la fuerza de voluntad o el desapego al miedo, el deseo o la necesidad. Esta tríada surge, vive y se expresa a través de nuestro condicionamiento más íntimo y profundo. En los extremos de ambas polaridades podemos lograr los mismos resultados por caminos diferentes, pero en el medio tenemos un infinito de posibilidades para extraviarnos. Ya sea por voluntad consciente de quien se cincela a sí mismo a través del poder de la conciencia y el entendimiento, o quien llega al Ser, por medio de la total entrega y de la Fe. Tanto como si la Fe es inquebrantable o como si la Voluntad es de una devoción infinita, el resultado puede alcanzarse. Tanto como si decide la propia voluntad consciente, o, si decide el universo, por conexión o canalización directa, la verdad puede realizarse, pero tomar una decisión y hacer una elección verdadera no es un acto cualquiera. Se vive en la ilusión de creer, que basta con querer, desear o necesitar, pero las necesidades de la vida y la evolución sumado a los caprichos de la naturaleza que toma decisiones desde hace millones de años antes que nosotros, nos deja un poco impotentes ante la inmensidad de la vida.
Ante tantas oportunidades que se presentan para tomar decisiones, el 99% de las veces es solo una cuestión de suerte el que nos vaya bien o mal en nuestras tomas de decisiones. Por eso es tan importante la suerte, porque nos deja siempre cerca de nuestras posibilidades. La toma de decisiones y las elecciones importantes no siempre están fundamentadas racionalmente, hay mucho de intuición, de esperanza, de fe e incluso confusiones y dudas que determinan esas elecciones y decisiones que pueden cambiar radicalmente nuestras vidas.
Elegir conscientemente no es tarea sencilla. Es un camino de desarrollo y aprendizaje personal, un proceso de autoconocimiento que es muy necesario para tener un conocimiento y entendimiento integral, que nos dé un panorama integrado, entre nuestro Ser y nuestro destino, para que las elecciones y decisiones no Elegir tomar decisiones sean solo la necesidad o el deseo momentáneo, sino que cada decisión esté alineada con nuestra meta y destino y con nuestro Ser más esencial. De no ser así, es mejor contar con la suerte de nuestro lado y entonces la entrega y la Fe debe ser total, para que nuestros miedos no se interpongan y obstaculicen, lo que el universo tiene reservado para nosotros. Como dice el dicho popular, “Al que quiere la vida lo lleva y al que no, lo arrastra”.
Buena suerte o mala suerte, intuición positiva o intuición negativa, son cosas que se atraen o se expresan según nuestra vibración. Esta puede cambiar según cambian los acontecimientos de nuestro entorno o según nuestro estado de ánimo. Por eso, tanto las decisiones consientes, como la entrega y la Fe, deben ser puras y totales, cualquier ruido o interferencia nos desvía.
Aquí es cuando los extremos se tocan, tanto en la conciencia, como en la Fe, actuamos con plena y total seguridad y eso eleva nuestras vibraciones atrayendo la buena suerte o la alineación perfecta con el todo o el Universo.
Escrito por Ignacio Conde, cofundador de Boti-K Puro. Publicado en Convivir Press en el mes de Julio del año 2024.
En la unión con el espíritu de la Naturaleza, el Amor y la Belleza renuevan todas las cosas. Es así como lo describe la frase popular: “Nada se pierde todo se transforma”, en la naturaleza todo está renovándose y transformándose, en un ciclo perpetuo de muerte y renacimiento. La muerte como perpetuo alimento de la existencia. Una Naturaleza sin Espíritu es sólo materialismo sin vida.
En la dinámica del universo, materia y energía se transforman y se combinan y recombinan en procesos químicos y físicos, pero nada se quita, ni nada se agrega, todo se transforma.Todo el humus, la capa orgánica formada en la tierra por la transformación de la vida y la muerte sobre ella, bacterias hongos y minerales se sintetizan en el reino vegetal… nada se pierde. Alimentará después al reino animal y humano.
La savia vegetal concentra el milagro y lo ofrece como néctar, alimento, medicina y veneno para todas las especies. En esa esencia vegetal, se concentra el Espíritu, el Amor y su Belleza. Cuando amamos la vida amamos su espíritu y su Naturaleza, entendiendo esto, como un principio fundamental del Amor, Belleza y Transformación en Unidad con el Universo.
Si no aceptamos los cambios y transformaciones como parte de la rueda misma de la Vida, perdemos el rumbo, como lo ha venido perdiendo esta civilización. Pero cuando recobramos el rumbo o el camino de nuestra Esencia, el Espíritu de la Naturaleza nos brinda toda su abundancia y sabiduría para volver a estar en Unidad y disfrutar del Amor, la Transformación y la Belleza.
“Que la medicina sea tu alimento y el alimento sea tu medicina”, es la sabiduría aplicada a la naturaleza generando la abundancia de la vida. La Esencia Vegetal es entonces la síntesis de la naturaleza concentrada en nuestros alimentos, o en nuestras medicinas; en nuestros elixires y néctares; es a su vez el encuentro con el conocimiento y la comprensión de la naturaleza. El libro del conocimiento se abrió al ser humano a través de esta relación o comunión con la Madre Tierra.
En un principio el Ser Humano extrajo todo lo necesario para la vida de la madre naturaleza, primero con la caza y la recolección de alimentos y medicinas, luego con la siembra y la cosecha el humano comenzó a comprender y a entender los procesos y los ciclos. Estas prácticas de vida (o de supervivencia) abrieron el camino al conocimiento y la sabiduría.
El hombre aprendió a juntar, a repartir, a guardar, luego a conservar y finalmente a producir, contando días y noche, lunas y soles, estrellas fijas y estrellas errantes. El ser humano conoció y comprendió todo el universo a partir del mundo vegetal que lo alimentaba, lo sanaba y lo cobijaba. En la necesidad de controlar sus dominios el hombre aprendió a manipular los elementos y de las primeras herramientas y chozas transformó el mundo que lo rodeaba convirtiéndose en amo y señor de todas las especies.
Mientras el respeto por el Espíritu de la Naturaleza perduró, todo fue Amor, Belleza y Transformación. En la medida que se fue perdiendo la conexión con el entorno y el medioambiente, el ser humano se fue aislando en castillos de cristal o de plásticos, y la materia sin vida comenzó a extenderse y a cubrir de materiales sintéticos y artificios toda la belleza. Y el ser humano fue cayendo en el desamor y la locura. Aislados de la tierra por asfalto y zapatillas de plástico, aislados de la vegetación por el cemento y los materiales inertes, aislados del cielo por los cables, las microondas y la polución, el ser humano conoce el clima por la información en una pantalla y por lo que le cuentan los noticieros.
Hoy para recuperar el Espíritu de la Naturaleza, debemos recuperar nuestra verdadera esencia. Esta esencia está en nuestro interior y es la síntesis de nuestras experiencias trascendentes, incorporadas de nuestro entorno y de nuestra herencia genética. Para recuperarla tenemos que volver a conectarnos con nuestro interior, donde está la verdadera sabiduría. Reconectarnos con la savia de la tierra, con la esencia vegetal y los elementos, que finalmente, es todo lo que necesitamos para vivir, aprender y transformarnos; para trascender y volver a ser parte de la materia y la energía del Universo. Nada de todo esto se consigue con dinero. El dinero es el vale de los comerciantes para los trabajadores esclavos del sistema, que no respetan ni el espíritu, ni la naturaleza; esclavizando al ser humano, degradándolo y aislándolo de la Naturaleza para que no pueda encontrar la abundancia y la sabiduría que ella nos brinda con amor incondicional.
Cambiamos la satisfacción por la ansiedad y el trabajo noble con la naturaleza, por el confort y la banalidad del consumo superfluo. Volver a conectarnos con el Amor y la Belleza, es reconectarnos con nuestra esencia.Esta reconexión es orgánica y espiritual, nos devuelve la alegría de vivir, la alegría de contemplar las maravillas de la existencia y la alegría de ser UNO Mismo.
Ser Uno Mismo en unión con el Espíritu de la Naturaleza, es transformarse en el Amor y la Belleza que renuevan todas las cosas.
Escrito por Ignacio Conde, cofundador de Boti-K Puro. Publicado en Convivir Press en el mes de mayo del año 2024.